Dispositivos móviles y menores: un reto para la escuela
El auge de las dispositivos móviles, de las aplicaciones digitales y la conectividad permanente que estas permiten, enfrenta a las familias, a la sociedad y a la escuela a retos educativos hasta ahora desconocidos. Las familias se debaten entre el orgullo por la habilidad que demuestran sus hijos en el uso del teléfono móvil o la tablet, el miedo a los peligros a los que puedan enfrentarse y las dudas sobre cómo regular el uso de estos dispositivos, dónde poner el límite, cómo averiguar sin equivocarse cuándo los pequeños los están empleando de un modo provechoso para su formación y de una manera positiva para fortalecer sus relaciones sociales, o cuándo simplemente están entretenidos con las aplicaciones de mensajería o con cualquier contenido que les resulte divertido.
Esta circunstancia se ve agravada por los hábitos de los adultos; según el informe My first device, de Norton Security, la mitad de las madres y padres son conscientes de que ellos mismos dedican más tiempo a los dispositivos móviles que sus hijos, situación que les hace sentirse culpables; esta sensación de culpabilidad sube al 60% cuando se refiere al uso que los adultos realizan de los móviles en el tiempo que están con sus hijas e hijos.