A través del PED los centros educativos analizan cuál es su realidad en relación al uso de las tecnologías y definen el modelo que, a partir de esa situación, desearían alcanzar en un plazo de cinco años. En este sentido, es un documento abierto, sujeto a permanente revisión y evaluación que determina los ámbitos de actuación y los objetivos que se pretenden conseguir, así como las personas y colectivos que se corresponsabilizan de ellos.
El PED debe tener en cuenta otros planes, programas o proyectos del centro que incluyan el uso de las tecnología, para coordinarse con ellos y contemplar sus acciones y objetivos como una parte del PED.
Por lo tanto, el PED se elabora para mejorar la calidad de la educación de los centros educativos; tanto para realizar el análisis de la situación del centro como para abordar el plan de intervención, el PED se debe centrar en tres dimensiones:
- Organizativa (liderazgo, desarrollo profesional, colaboración, trabajo en red...).
- Tecnológica (modificación y mantenimiento de equipamiento, infraestructuras y comunicaciones...).
- Pedagógica (metodologías, prácticas de enseñanza y aprendizaje, contenidos y currículos, prácticas de evaluación…).